SAN GENARO, OBISPO Y MÁRTIR
Fué
san Genaro -ó Jenaro ó Januario- obispo de la ciudad de Benevento, que es en el
reino de Nápoles: y como en la persecución de Diocleciano y Maximiano,
estuviese preso un santo confesor, llamado Sofio, y san Genaro le visitase en
la cárcel, para consolarle y animarle al martirio; Timoteo, presidente, le
mandó prender y traer delante de sí, y procuró pervertirle y atraerle con
muchas palabras y razones á la adoración de sus falsos dioses. Pero entendiendo
que perdía el tiempo, hizo encender un horno por espacio de tres días, y echar
en él á san Genaro; más guardóle el Señor, de manera, que salió del horno, sin
que la llama le hubiese hecho daño en la ropa, ni en un pelo de la cabeza.
Encendióse más el tirano, viendo que las llamas le habían perdonado, al que él
deseaba acabar: mandóle atormentar tan cruelmente, que todos los miembros del
santo mártir fueron descoyuntados. Vinieron á visitarle Festo, diácono, y
Desiderio, lector: y siendo conocidos por cristianos, fueron presos y llevados
con su obispo san Genaro, cargados de hierros y cadenas, delante del coche del
presidente á la ciudad de Puzol. Allí fueron echados en la misma cárcel, donde
estaban presos Sofio, diácono de la ciudad de Misena, y Próculo diácono de
Puzol, y dos legos, llamados Eutiques y Acucio:los cuales todos habían sido
condenados á ser despedazados de las bestias fieras, y estaban aguardando la
ejecución de su sentencia.
Al día siguiente todos siete fueron echados á las
fieras: las cuales, olvidándose de su natural ferocidad, se derribaron á los
pies de san Genaro, y de sus santos compañeros, como unas ovejas mansas.El
presidente, atribuyendo este milagro del Señor á hechizos y arte mágica, dio
sentencia contra ellos, y mandólos degollar; pero luego perdió la vista, y por
la oración de san Genaro la recobró, y con este milagro se convirtieron casi
cinco mil personas. No bastó el beneficio que había recibido el inicuo juez,
para aplacar su furia, y conocer la mano poderosa de Dios, que obraba en sus
santos; antes viendo la conversión de tanta gente, y temiendo la ira de los
emperadores, pronunció sentencia de muerte contra los santos mártires.
Lleváronlos al lugar del martirio, y cortáronles las cabezas. Sus santos
cuerpos fueron llevados á diversas partes: el de san Genaro, habiendo estado
primero en Benevento-, y después en el monasterio llamado Monte de la Virgen,
fué trasladado á Nápoles en tiempo del papa Alejandro VI, y puesto en la
iglesia catedral, donde es reverenciado con grande devoción y veneración de
toda aquella ciudad, que le tiene por patrón, y recibe de su mano grandes y
continuos beneficios.Dos milagros entre otros ha obrado nuestro Señor por los
merecimientos de san Genaro.El primero es, haber librado la ciudad y reino de
Nápoles del incendio del Vesubio, que ahora se llama el monte de Soma: el cual
es un volcán, no lejos de Nápoles, que echa fuego; y algunas veces sale con
tanta abundancia el fuego, que parece que ha de consumir y abrasar todas
aquellas provincias, como sucedió en tiempo del emperador Tito; y en aquel
incendio murió Plinio II, por haberse llegado por curiosidad á verle más cerca
de lo que debiera. Pero otra vez fué tan espantoso y horrible el incendio que
salió de este monte, que parecía que toda Europa se había de convertir en
ceniza; porque arrojó tanta y tan menuda, que llegó hasta Constantinopla, y
cesó por las oraciones de san Genaro: y los griegos le instituyeron fiesta, y
cada año hacen dos veces procesión solemne, haciendo gracias á Dios, por
haberlos librado de aquel peligro, y suplicándole que para adelante los
librase. Con esta ocasión creció la devoción de san Genaro en la gente que
venía á visitar sus sagradas reliquias, y fundáronle muchas iglesias en
diversas partes. El otro milagro es perpetuo, y que hasta hoy dura. Tienen en
Nápoles la sagrada cabeza de san Genaro, y aparte una ampolla de vidrio, llena
de la sangre cuajada del mismo santo; y en juntándola con la cabeza, ó
poniéndola delante de ella, comienza luego la sangre á deshelarse y derretirse,
y hacerse líquida, como si se acabara de verter: y este milagro yo lo he visto
algunas veces, y tiene á todo el mundo por testigo. El martirio de san Genaro
fué á los 19 de setiembre, el año del Señor de 305, imperando los sobredichos
Diocleciano y Maximiano.
El papa Sixto V, el primer año de su pontificado, que fué el de 1585, en 27 días de enero mandó que se rezase de san Genaro, como de santo simple: y después el papa Gregorio XIV, ordenó que se guardase su fiesta en la ciudad y reino de Nápoles, y que se le rezase el oficio doble, y en el resto de la cristiandad semidoble. Escribió el martirio de san Genaro y de sus santos compañeros, Juan, diácono, y le refiere Surio en el quinto tomo, y hacen mención de él los Martirologios, romano, el de Reda, Usuardo, Adon, y otros autores latinos y griegos que escriben vidas de santos.
El papa Sixto V, el primer año de su pontificado, que fué el de 1585, en 27 días de enero mandó que se rezase de san Genaro, como de santo simple: y después el papa Gregorio XIV, ordenó que se guardase su fiesta en la ciudad y reino de Nápoles, y que se le rezase el oficio doble, y en el resto de la cristiandad semidoble. Escribió el martirio de san Genaro y de sus santos compañeros, Juan, diácono, y le refiere Surio en el quinto tomo, y hacen mención de él los Martirologios, romano, el de Reda, Usuardo, Adon, y otros autores latinos y griegos que escriben vidas de santos.
Fuente: La leyenda de oro para cada día del
año; vidas de todos los santos que venera la Iglesia; obra que
comprende todo el Ribadeneira mejorado, las noticias del Croisset,
Butler, Godescard, etc.
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