sábado, 27 de abril de 2024

S A N T O R A L

NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT


En muchas iglesias de España se celebra hoy la fiesta de Nuestra
Señora de Montserrat, patrona de Cataluña. No sólo en España, sino en muchas otras partes del orbe católico, también la "Moreneta" tiene grandiosos y hasta espléndidos santuarios dedicados a su nombre, tal ha sido desde muchos siglos el encanto ejercido por la dulce Reina de Montserrat en el ánimo de los cristianos, y ella desde el majestuoso trono que se escogió en las encumbradas montañas de Cataluña que le dan su nombre, ejerce su dulce imperio de amor y misericordia y atracción sobre todos los devotos y menesterosos.
El culto de la Virgen de Montserrat es antiquísimo, pues se remonta hasta más allá de la invasión de España por los árabes. Al acercarse los ejércitos agarenos, la Sagrada Imagen fue ocultada, no llegando a descubrirse de nuevo hasta el siglo IX. 
Para darle culto se edificó entonces una capillita, a la cual el conde Wifrido el Velloso, agregó más tarde un monasterio de monjes benedictinos, procedentes de San Pedro de las Puellas. Este monasterio más tarde se convirtió en el actual de monjes benedictinos, uno de los más famosos con que cuenta la Orden Benedictina. El alma y la vida del monasterio ha sido siempre la Virgen Morena en quien toda Cataluña tiene puestos todos sus amores y entusiasmos.
Durante la Edad Media los reyes y magnates se disputaron la preferencia de dotar el monasterio y el santuario de la Virgen con toda clase de privilegios y donaciones. Esta prodigalidad no ha cesado todavía, siendo Montserrat uno de los centros marianos más concurridos por los fieles, no sólo en Cataluña sino en toda España y varios países de lengua española.
Vivo y perenne permanece el recuerdo de personajes célebres que se llegaron a Montserrat para honrar a la celestial Reina de aquellos fantásticos picachos, que semejan gigantescos chapiteles de catedral, o descomunales tubos de órgano. Allí veló una noche las armas del noble .Iñigo de Loyola, en loor de Nuestra Señora, al ensayar un nuevo género de milicia, "a lo divino" bajo la tutela de Nuestra Señora de Montserrat.
Célebres santuarios de la Virgen hay en el mundo católico; muchos confiados a religiosos de diversas órdenes y congregaciones, aun a la orden de San Benito, como por ejemplo los milenarios de Einsielden en Suiza, y Valvanera en Logroño, pero ninguno puede rivalizar en esplendidez del culto como el de Montserrat. Una escolanía de niños cantores de la Virgen Morena se perpetúa en el monasterio y los niños llegan, por regla general, a ser monjes capellanes benitos de la Virgen en el santuario donde se ensayaron a ser "trovadores" de la Reina de los cielos.
Quiera la divina Madre de Dios multiplicar tan simpáticos cantores, que al cambiar de voz, perseveren en su servicio bajo el suave yugo de la disciplina monástica y sean maestros experimentados de reclutas infantiles.
fuente: Año Litùrgico de Dom Próspero Gueranguer



 VIROLAI
Catalán y Castellano

Rosa d’abril, Morena de la serra,
de Montserrat estel,
il· lumineu la catalana terra,
guieu-nos cap al Cel.

Rosa de abril, Morena de la sierra,
de Montserrat lucero,
iluminad la catalana tierra,
guiadnos hacia el Cielo.

Amb serra d’or els angelets serraren
eixos turons per fer-vos un palau;
Reina del Cel que els Serafins baixaren,
deu-nos abric dincs vostre mantell blau.

Con sierra de oro los angelitos serraron
esas colinas para haceros un palacio;
Reina del Cielo que los Serafines bajaron,
danos abrigo en vuestro manto azul.

Alba naixent d’estrelles coronada,
Ciutat de Déu que somnià David,
a vostres peus la lluna s’és posada,
el sol sos raigs vos dóna per vestit.

Alba naciente de estrellas coronada,
Ciudad de Dios que soñó David,
en vuestros pies la luna pone,
El sol sus rayos os da por vestido.

Dels catalans sempre sereu Princesa,
dels espanyols Estrella d’Orient,
sigueu pels bons pilar de fortalesa,
pels pecadors el port de salvament.

De los catalanes siempre seréis Princesa,
de los españoles Estrella de Oriente,
sed para los buenos pilar de fortaleza,
para los pecadores puerto de salvamento.

Doneu consol a qui la pàtria enyora,
sens veure mai els cims de Montserrat;
en terra i mar oïu a qui us implora,
torneu a Déu els cors que l’han deixat.

Dad consuelo ha quien la patria añora,
sin ver jamás las cimas de Montserrat;
en tierra y mar oíd a quien os implora,
devolved a Dios los corazones que lo han dejado.

Mística Font de l’aigua de la vida,
rageu del Cel al cor de mon país;
dons i virtuts deixeu-li per florida;
feu-ne, si us plau, el vostre paradís.

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Mística Fuente del agua de la vida,
manad del Cielo al corazón de mi país;
dones y virtudes dejadle por florida;
haced, por favor, vuestro paraíso.

Ditxosos ulls, Maria, els que us vegin!
ditxós el cor que s’obri a vostra llum!
Roser del Cel, que els serafins voltegen,
a ma oració doneu vostre perfum.

¡Dichosos ojos, Maria, los que os vean!
¡dichoso el corazón que se abre a vuestra luz!
Rosal del Cielo, que los serafines recorren,
a mi oración dad vuestro perfume.

Cedre gentil, del Líbano corona,
Arbre d’encens, Palmera de Sion,
el fruit sagrat que vostre amor ens dóna
és Jesucrist, el Redemptor del món.

Cedro gentil, del Líbano corona,
Árbol de incienso, Palmera de Sion,
el fruto sagrado que vuestro amor nos da
es Jesucristo, el Redentor del mundo.

Amb vostre nom comença nostra història
i és Montserrat el nostre Sinaí:
sien per tots l’escala de la glòria
eixos penyals coberts de romaní.

Con vuestro nombre empieza nuestra historia
y es Montserrat nuestro Sinaí:
siendo para todos la escalera de la gloria
esos peñones cubiertos de romero
.

Rosa d’abril, Morena de la serra,
de Montserrat estel:
il· lumineu la catalana terra,
guieu-nos cap al Cel.

Rosa de abril, Morena de la sierra,
de Montserrat lucero:
iluminad la catalana tierra,
guiadnos hacia el Cielo."

Letra : Mossen Jacinto Verdaguer
Música: Josep Rodoreda, profesor solfeo Conservatorio del Liceo-Barcelona 1875-1883

viernes, 26 de abril de 2024

S A N T O R A L

SAN ISIDORO, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA



La Iglesia nos presenta hoy la apacible e imponente figura de uno de sus más santos Pontífices, Isidoro, el gran Obispo de Sevilla, el hombre más sabio de su siglo, pero más admirable todavía por las maravillas de su celo en su patria, viene hoy a animarnos con ejemplo y su intercesión.

LA "CATÓLICA" ESPAÑA

Entre todas las provincias del cristianismo hay una que ha merecido por excelencia el nombre de "Católica": es España. Desde el comienzo del siglo VIII la Divina Providencia la sometió a una prueba terrible al permitir que los mahometanos se apoderasen de la mayor parte de ella, hecho que costó a sus hijos ocho siglos de lucha para recobrar finalmente su patria. Las vastas comarcas de Asia y Africa, que hacia la misma época sufrieron la invasión musulmana, han permanecido bajo el yugo del Islamismo. ¿A qué debe España el triunfo sobre sus opresores? ¿Por qué el sentimiento de la dignidad humana no se ha extinguido jamás en su pueblo? La respuesta es fácil: España, en el momento de la invasión, era católica, mientras que los pueblos que sucumbieron a la cimitarra del musulmán habían roto ya con el cristianismo por la herejía o por el cisma. Dios los dejó abandonados porque ellos habían rehusado la verdad de la Fe y la unidad de la Iglesia; por ello se dejaron avasallar sin ofrecer apenas resistencia a sus feroces conquistadores.

UNA FAMILIA DE SANTOS

Concilio de Toledo-Representación medieval
Sin embargo de eso, España había corrido grave peligro. La raza goda, al someterla, había depositado en su seno la herejía. El arrianismo elevó también sus altares sacrilegos en la Península Ibérica, pero Dios no permitió, que esta tierra privilegiada, permaneciese mucho tiempo bajo el yugo del error. Antes de la llegada de los sarracenos, España se había reconciliado ya con la Iglesia; una familia tan ilustre como santa tuvo la gloria de consumar esta gran obra. El viajero que recorre en nuestros días Andalucía observa con extrañeza que, en cada uno de los cuatro ángulos de las plazas públicas, se levantan cuatro estatuas que representan a tres hermanos y una hermana: San Leandro, Obispo de Sevilla; San Isidoro, a quien festejamos hoy; San Fulgencio, Obispo de Cartagena y su hermana Santa Fiorentina, virgen consagrada a Dios. Por los esfuerzos del celo y de la elocuencia de San Leandro, el rey Recaredo y todo el pueblo godo abrazaban la fe católica en el Concilio de Toledo; de la ciencia y el gran carácter de Isidoro consolidaron esta feliz revolución; Fulgencio la sostuvo por sus virtudes y su doctrina, mientras Florentina cooperaba a esta gran obra con el tributo de sus sacrificios y de sus oraciones.

VIDA

San Isidoro nació en Cartagena en 560. Ya desde su juventud su vastísima ciencia le permitió combatir la herejía arriana. En 600 fué elevado a la sede de Sevilla y San Gregorio Magno le nombró su Nuncio en toda España. Favoreció la vida monástica, levantó escuelas, reunió Concilios, escribió los libros de las Etimologías, de los Oficios Eclesiásticos y otras importantísimas obras para la disciplina cristiana, y sobre todo dió ejemplo de las más altas virtudes. Después de haber extirpado de España la herejía murió en Sevilla en 636.

ELOGIO Y PLEGARIA

 Pastor fiel, el pueblo cristiano honra tus virtudes y tus servicios y se regocija de la recompensa con que el Señor ha coronado tus méritos; séle propicio en estos días de salud. En la tierra tu vigilancia no abandonó nunca el rebaño que te fué confiado; míranos a nosotros como a tus ovejas; defiéndenos de los lobos que sin cesar nos amenazan. Que tus oraciones nos obtengan la plenitud de las gracias necesarias para acabar esta Cuaresma. Sostén nuestro valor, anima nuestro ardor; prepáranos a la celebración de los grandes misterios. Nosotros hemos lamentado nuestras ofensas y expiado, aunque imperfectamente, nuestros delitos; la obra de nuestra conversión ha dado un paso; ahora es necesario que se consume por la contemplación de los sufrimientos y de la muerte de nuestro Redentor.
Asístenos, oh Pontífice de Cristo; tú, cuya vida fué siempre tan integra, no abandones a los pecadores y escucha la oración de la Iglesia. Desde el seno de tus alegrías eternas, acuérdate también de tu patria terrena y bendice a España. Devuélvela el ardor primitivo de su fe, renueva su apego a la integridad de las costumbres cristianas. La Iglesia entera honra a este país por su fidelidad en guardar el depósito de las doctrinas de la salvación; haz que nunca decaiga y aparta de ella los males que la afligen; que sea siempre fiel y digna del nombre que tú la has ayudado a conquistar.



Fuente: Año Litúrgico de Dom Próspero Guéranguer Tomo II pag 941 y siguientes

jueves, 25 de abril de 2024

Santoral


SAN MARCOS EVANGELISTA


San Marcos tomando nota de la predicación del apóstol San Pedro
Beato Angélico, Museo de San Marcos de Florencia, 1433
El León evangélico que asiste ante el trono de Dios, con el hombre, el toro y el águila, es honrado hoy por la Iglesia. Este día vió a Marcos subir de la tierra al cielo, ceñida su frente de la doble corona de Evangelista y Mártir.


EL EVANGELISTA

Al modo como los cuatro profetas mayores Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, resumen en sí la predicación de Israel, así también Dios quiso que la Nueva Alianza descansase sobre cuatro textos augustos, destinados a revelar al mundo la vida y doctrina de su Hijo encarnado. Marcos es discípulo de Pedro. Escribió su Evangelio en Roma bajo la inspiración del príncipe de los Apóstoles. Ya estaba en uso en la Iglesia la narración de Mateo, pero los fieles de Roma deseaban juntar con ella la narración personal de su Apóstol. Pedro no escribe personalmente sino que encarga a su discípulo tomar la pluma y el Espíritu Santo guía la mano del nuevo Evangelista. Marcos sigue la narración de San Mateo; la abrevia pero a la vez la completa.
Una palabra, un detalle, manifiestan que Pedro, testigo de todo, ha inspirado el trabajo de su discípulo. Pero el nuevo Evangelista ¿pasará por alto, o tratará de atenuar la falta de su maestro? Al contrario; el Evangelio de Marcos será más duro que el de Mateo en la narración de la negación de Pedro. Da la impresión de que las amargas lágrimas provocadas por la mirada de Jesús en casa de Caifás no cesaron de correr. Cuando Marcos terminó su trabajo Pedro le reconoció y le aprobó; las iglesias acogieron con alegría esta segunda exposición de los misterios de la salvación del mundo, y el nombre de Marcos se hizo célebre por toda la tierra.
Mateo que comienza su Evangelio con la genealogía humana del Hijo de Dios realizó la figura del Hombre; Marcos la del León, porque comienza su narración por la predicación de San Juan Bautista, recordando que la misión del Precursor del Mesías había sido anunciada por Isaías al hablar de la Voz del que clama en el desierto; voz del león cuyos rugidos resuenan en las soledades.

EL MISIONERO

Comenzó Marcos su apostolado cuando escribió su Evangelio. Llegó el momento, para Egipto, cuna de todos los errores, de recibir la verdad. La soberbia Alejandría vería levantarse dentro de sus muros la segunda Iglesia de la cristiandad, la segunda sede de Pedro. Marcos fué escogido por su Maestro para esta gran obra. Por su predicación, la doctrina salvadora germinó, floreció y fructificó en esta tierra infiel. Desde un principio se manifestó la autoridad de Pedro, aunque en distinto grado, en las tres grandes ciudades del imperio: Roma, Alejandría y Antioquía.

EL MÁRTIR

La gloria de Marcos hubiera quedado incompleta sin la aureola del martirio. El gran éxito de la predicación del Santo Evangelista, le acarreó el furor de la antigua superstición egipcia. En una fiesta de Serapis, fué maltratado por los idólatras y arrojado a un calabozo. Por la noche se le apareció el Señor resucitado, cuya vida y obras había narrado, y le dijo estas célebres palabras que son la divisa de la república de Venecia: "¡Paz sea contigo, Marcos, mi Evangelista"! A lo que el discípulo emocionado contestó: ¡"Señor"! Su amor y su alegría no hallaron otras palabras. Del mismo modo Magdalena la mañana de Pascua enmudeció después de aquel grito salido de su corazón: "¡Maestro!"

Al día siguiente, Marcos fué martirizado por los paganos. Pero había cumplido su misión en la tierra y se le abría el cielo para ir a ocupar, junto al trono del "Anciano de muchos días" la silla de honor en que le contempló en sublime visión el profeta de Patmos.
Traslación del cuerpo de San Marcos-Tintoretto
En el siglo IX la Iglesia de Occidente fué enriquecida con los despojos mortales de San Marcos. Sus sagrados restos venerados hasta entonces en Alejandría, fueron trasladados a Venecia y bajo sus auspicios comenzaron los gloriosos destinos de esta ciudad, que habían de durar mil años. La fe en un tan gran patrón, obró maravillas en aquellos islotes y lagunas, de los que pronto surgió una ciudad tan poderosa como magnífica. El arte bizantino construyó la imponente y suntuosa iglesia que fué defensa de la reina de los mares y la nueva república acuñó sus monedas con la efigie del León de San Marcos. ¡Dichosa de ella si hubiera sido más sumisa a Roma y más severa en sus costumbres; nunca habría degenerado de su grandeza ni de la fe de sus mejores tiempos!

 

PLEGARIA

Eres, oh Marcos, el misterioso León, uncido con el hombre, el toro y el águila al carro sobre el que el Rey de la gloria va a la conquista del mundo. Ya en la Antigua Ley te contempló Ezequiel en el cielo, y Juan, el profeta de la Nueva Ley, te reconoció junto al trono de Dios. ¡Qué grande es tu gloria!, historiador del Verbo hecho carne, manifiestas a todas las generaciones los títulos por los que le corresponden el amor y la adoración de los hombres. La Iglesia se inclina ante tus escritos y los proclama inspirados por el Espíritu Santo. Te hemos oído narrar el mismo día de Pascua la Resurrección de Nuestro Señor; haz, oh Santo Evangelista, que este misterio produzca en nosotros todos sus frutos; que nuestro corazón como el tuyo se una a Jesús resucitado, para que le sigamos por doquier en esta nueva vida que nos ha abierto resucitando El primero. Pídele se digne darnos su paz como se la dió a sus Apóstoles cuando se les apareció en el Cenáculo, como te la dió a ti mismo en la prisión.
Fuiste discípulo de Pedro; Roma se gloría de haberte tenido dentro de sus muros. Ruega por el sucesor de Pedro, tu maestro, y por la Iglesia de Roma combatida por la tempestad. León evangélico ruega al León de la Tribu de Judá en favor de su pueblo, despiértale de su sueño, que se levante con su poder y con su sola presencia ahuyentará a sus enemigos.
Apóstol de Egipto, ¿qué ha sido de tu Iglesia de Alejandría, segunda sede de Pedro, enrojecida con tu sangre? Hasta sus ruinas han desaparecido. El viento abrasador de la herejía desoló a Egipto y Dios airado desencadenó contra él, trece siglos ha, el torrente del Islam. ¿Deben aquéllas regiones renunciar para siempre a ver brillar la antorcha de la fe, hasta la venida del Juez de vivos y muertos? No lo sabemos, pero en medio de los acontecimientos que se suceden, osamos pedirte, oh Marcos, que intercedas por estas regiones que evangelizaste y en las cuales las almas están tan devastadas como su suelo.
Acuérdate también de Venecia. Su corona cayó, acaso para siempre; pero todavía vive allí un pueblo cuyos antepasados se consagraron a ti. Conserva la fe en su seno; haz que prospere, que se levante de sus desdichas y que dé gloria a Dios que ha descargado sobre ella su justicia.

Fuente: Año Litúrgico de Dom Próspero Guéranguer Tomo III pag 709 y siguientes

S A N T O R A L

Fiesta de Nuestra Señora del Buen Consejo

Actualidad de esta devoción

A poca distancia de Roma, se encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Buen Consejo “Mater Boni Concilii ad Genazzano” imagen que en el siglo XV se trasladó allí milagrosamente desde Scutari, Albania, huyendo de la invasión turca y en respuesta a una fervorosa oración de dos piadosos albaneses.
Mucho antes de la venida de Cristo, el pequeño pueblo de Genazzano, a treinta millas de Roma, construyó un templo a Venus, la diosa pagana del amor, en cuyo honor celebraban grandes fiestas, especialmente el 25 de abril.
En el siglo IV, el Papa San Marco (336 d.C.) ordenó construir una iglesia en una colina, no muy lejos de las ruinas del antiguo templo pagano. La iglesia, firme y fuerte pero pequeña y sencilla, fue dedicada a Nuestra Señora del Buen Consejo que allí fue honrada de manera especial en su fiesta instituida, precisamente, el mismo 25 de abril.
Hacia la mitad del siglo XV, el templo, a cargo de la Orden de San Agustín, estaba en un estado deplorable y amenazaba con desmoronarse; sólo unos pocos, sin embargo, manifestaban interés en repararlo, posiblemente porque existían otras iglesias en el pueblo.

La Virgen María toma posesión de la iglesia

Dos albaneses siguieron la imagen, cruzaron
el mar Adriático y llegaron a Genazzano

Una viuda santa, Petruccia de Geneo, que amaba devotamente a la Virgen, se sintió inspirada a reconstruir la iglesia. Deseaba que fuera más grande y bella que la anterior y, confiando en Nuestra Señora, contrató a los constructores y compró los materiales. Pero al poco tiempo, por falta de recursos, el trabajo quedó interrumpido indefinidamente.
Los pobladores se burlaron de Petruccia, pero ella no desanimó. Por el contrario, recurrió a sacrificios y oraciones más fervorosas. Algún día, decía, “una gran Señora vendrá a tomar posesión de la iglesia”.
Poco después, el 25 de abril de 1467, estando muchas personas congregadas en la plaza del mercado por ser día festivo, olvidadas de su Virgen Patrona, bailaban y cantaban en alegre bullicio. Fue entonces cuando alguien vio sobre el cielo azul una nube que bajaba lentamente. El asombro paralizó a todos.
La nube se detuvo en un borde angosto de las paredes aún sin terminar de la iglesia de Petruccia. En su centro apareció una bellísima pintura de Nuestra Señora con el Niño Jesús. Simultáneamente todas las campanas del pueblo comenzaron a sonar sin ayuda humana.
Nadie conocía la procedencia de la pintura ni la había visto antes. Llovieron gracias y ocurrieron numerosos milagros. Unos comenzaron a llamar a la imagen con el nombre de Nuestra Señora del Paraíso y otros como Nuestra Señora de los Milagros.

De Scutari a Genazzano

Fue entonces cuando dos extranjeros procedentes de Scutari, Albania, llegaron a Genazzano buscando la milagrosa pintura de la Virgen.

¿Qué había sucedido? Cuando Scutari estaba a punto de caer en manos de los turcos, ambos pidieron consejo a la Virgen sobre qué hacer para mantener su fe católica en aquellas circunstancias. Esa noche vieron, asombrados, como la imagen se desprendía de la pared y elevándose por los cielos comenzaba a trasladarse lentamente hacia el oeste.
La siguieron, cruzaron el mar Adriático y llegaron a Genazzano, donde decidieron quedarse a vivir cerca de su Señora, que también se había refugiado.
El Santo Padre envió a dos obispos a examinar los extraordinarios acontecimientos y como resultado de las investigaciones quedó convencido de que la pintura era verdaderamente la de Nuestra Señora del Buen Consejo, venerada durante siglos en el pequeño pueblo de Scutari.

La imagen “del espesor de una cáscara de huevo” había sido pintada sobre el yeso de la pared. Ninguna habilidad humana podría haberla arrancado sin romperla. Ninguna mano de hombre podría haberla traído a través del mar Adriático y colocarla en el borde angosto de la iglesia, sin sujetarla.

Una victoria de la confianza

Profesor Plinio Correa de Oliveira
rezando ante el fresco milagroso
Naturalmente, la iglesia de Petruccia fue terminada hasta convertirse en una bella basílica. La pintura fue puesta en un relicario maravilloso con un marco de oro adornado con piedras preciosas. Más tarde, dos coronas de oro enviadas por el Vaticano fueron colocadas en las cabezas de la Madre y el Niño.
En los últimos cuatro siglos innumerables peregrinaciones y muchos milagros han ocurrido en el santuario de Nuestra Señora, Madre Amorosa, que para todos es un tesoro de la gracia divina. Acudamos a ella con nuestros pequeños y grandes problemas. Confiemos en su guía. Ella es verdaderamente Nuestra Señora del Buen Consejo.
La invocación Madre del Buen Consejo fue incluida por Pío IX en las letanías de la Virgen María.
¿Cuál es la actualidad de esta devoción? Sin duda en nuestra época tan afligida y conturbada, son incontables las almas que necesitan, a éste o a aquel título, de un buen consejo. Nada mejor pueden hacer ellas que implorar el auxilio de Aquella que la Santa Iglesia en la Letanía lauretana, invoca como Mater Boni Consilii.

Supremamente importantes son para cada uno los consejos necesarios para conocer los designios de Nuestra Señora a respecto de sí mismo – dentro de la tempestad de tinieblas del Siglo XXI –

Fuente: LeBlanc, Sr.M. Francis, O.Carm., Cause of Our Joy, Boston: Pauline Books and Media, 1976.

miércoles, 24 de abril de 2024

S A N T O R A L


SAN FIDEL DE SIGMARINGA, MARTIR 

UN MÁRTIR DE LOS TIEMPOS MODERNOS


Jesús resucitado rodeó su persona de una guardia de honor de mártires. Todos los siglos contribuyen a formarla. Este día ha visto entrar en las filas de la falange celeste a un combatiente generoso, que mereció su palma no luchando contra el paganismo, como los que hasta ahora hemos saludado, sino defendiendo a la Iglesia contra los hijos rebeldes. La mano de los herejes sacrificó esta víctima triunfal, y el siglo XVII fué el teatro de su lucha. Fidel llenó todo el significado de su nombre. Nunca retrocedió ante el peligro. Toda su vida no tuvo otro objeto que la gloria y servicio de su divino Maestro, y llegado el momento de salir al encuentro del peligro, avanzó hacia él sin arrogancia, pero también sin titubeos como convenía a un imitador de Cristo que sale al encuentro de sus enemigos. ¡Gloria al valeroso hijo de San Francisco, digno en todo de su seráfico Patriarca, que desafió al sarraceno y fué mártir de deseo!

EL PROTESTANTISMO Y LA LIBERTAD

El protestantismo se estableció y se mantuvo por la sangre, y osó lamentarse de haber sido el blanco de la resistencia armada de los hijos de la Iglesia. Durante siglos se bañó en la sangre de nuestros hermanos, cuyo único crimen consistía en querer permanecer fieles a la fe que había civilizado a los antecesores de sus verdugos. Proclamaba la libertad en materia religiosa y sacrificaba a los cristianos que en su sencillez pensaban que en virtud de esa libertad tan proclamada, les estaría permitido creer y orar como se creía y oraba antes de Lutero y Calvino. Pero el católico se equivoca al contar con la tolerancia de los herejes. Un instinto fatal arrastra continuamente a estos a la violencia contra la Iglesia cuya persistencia es para ellos un continuo reproche por haberla abandonado. En primer lugar tratan de aniquilarla en sus miembros, y si el cansancio de una lucha ininterrumpida trae al fin alguna calma, su mismo odio tratará de avasallar a quienes no se atreve a inmolar, insultando y calumniando a los que no ha podido exterminar. La historia de Europa protestante en sus cuatro siglos, justifica lo que acabamos de decir; pero nosotros debemos tener por dichosos a aquellos de nuestros hermanos, que en tan gran número han derramado su sangre en defensa de la fe romana.

VIDA

Marco Rey nació en Sigmaringa, ciudad de Suabia, en 1577. Estudió Filosofía en Friburgo, y Derecho en Bilinga, y ejerció la abogacía en Colmar. Convencido de que esta profesión le exponía a cometer muchas injusticias, entró en la orden de los Capuchinos, que le parecieron unir los méritos de la vida activa y contemplativa, y recibió el nombre de Fidel. Fué ordenado de sacerdote el 4 de octubre en 1612, y dió ejemplo de las más altas virtudes, de gran devoción a la Santísima Virgen y de muy grande austeridad. La Congregación de la Propaganda Fide le mandó a predicar a Suiza, en especial a los grisones, entre los cuales la herejía protestante había hecho grandes destrozos. Convirtió a muchos, pero se atrajo el odio de. los herejes. El 24 de Abril de 1622, se apoderaron de él, y no consiguiendo hacerle renegar, le partieron el cráneo y le atravesaron con sus espadas. Su cuerpo fué llevado a la catedral de Coira. En 1729 fué beatificado y en 1743 canonizado.

ADHESIÓN A LA FE

Terminaste tu carrera con gloria, ¡oh Fidel!, y tu fin ha sido más hermoso que su principio. ¡Con qué serenidad fuiste a la muerte! ¡Con qué alegría sucumbiste a los golpes de tus enemigos que eran los mismos de la Iglesia! Como San Esteban oraste por ellos; porque el católico que debe detestar la herejía, debe también perdonar a los herejes que le sacrifican.
Ruega, oh santo mártir, por los hijos de la Iglesia, alcanza que conozcan mejor el valor de la fe, y la gran gracia que Dios les ha hecho en nacer de la única verdadera Iglesia. Que se guarden de las doctrinas perversas que de todas partes llegan a sus oídos, que no se escandalicen de las tristes defecciones que con tanta frecuencia se producen en este siglo de molicie y de orgullo. La fe nos conducirá a Jesús resucitado; nos la recomienda El mismo cuando dice a Tomás: "Bienaventurados los que no vieron y creyeron"!

También nosotros creemos, y por eso nos unimos a la Iglesia que es la maestra exclusiva de la fe. A ella damos fe y no a la razón humana que no lograría entender la palabra de Dios y menos aún juzgarla. Jesús quiso que esta fe nos llegara confirmada por el testimonio de los mártires, y cada siglo ha producido los suyos. ¡Gloria a ti, oh Fidel, que conseguiste la palma combatiendo los errores de la pretendida reforma!
Véngate a la manera de los mártires y pide a Jesús sin cesar que vuelvan a la fe y unidad de la Iglesia los secuaces del error. Son hermanos nuestros por el bautismo; pide que entren en el redil y que todos juntos podamos celebrar la verdadera cena pascual, en la cual el Cordero de Dios se da en alimento, no de una manera figurada, como en la Antigua Ley, sino realmente como conviene a la Nueva.
 fuente: Año Litùrgico de Dom Próspero Gueranguer Tomo III pag 705 y siguientes


EL MARTIRIO

EL 24 de abril de 1622, de vuelta a Grusch, celebró el santo sacrificio de la misa y predicó a los soldados acerca de la blasfemia. En medio del sermón le faltó repentinamente la voz, al parecer sin fundamento alguno, permaneciendo algún tiempo en éxtasis con los ojos levantados al cielo. En ese arrobamiento le reveló el Señor que aquel mismo día sería el de su triunfo. Terminada la plática, quedose largo rato orando ante el altar, y luego se puso en camino para Seewis, donde la víspera fue traidoramente invitado a predicar por una diputación de herejes. Mientras se hallaba predicando, una cuadrilla de revoltosos calvinistas armados de mazas, espadas, alabardas y mosquetes, irrumpieron tumultuosamente en la iglesia y, dando aullidos y voces desacompasadas, asustaron a los fieles. Mientras tanto, el predicador se llegaba hasta el altar, hacía una breve oración, salía de la iglesia y trataba de regresar a Grusch acompañado de un capitán austriaco. Más no tardaron ambos en ser alcanzados por veinticinco calvinistas. El oficial fue arrestado. Entonces, uno de los amotinados dijo al misionero:
—Así, pues, tu eres el fanático desventurado que se presenta ante el pueblo como profeta? Confiesa que lo que has dicho es pura mentira, o mueres en mis manos.

—Yo no os he predicado más que la eterna verdad, la fe de vuestros padres —replicó con santa intrepidez el mártir—, y gustoso daría mi vida por qué la conocierais.

—No estamos ahora para tales cosas —replicó otro—, di si abrazas o no nuestra religión.

 —He sido enviado a vosotros para ilustraros, no para abrazar vuestros errores.

En aquel instante uno de los forajidos le asestó un tajo en la cabeza y le derribó; pero, con todo, el mártir tuvo aun fuerza bastante para arrodillarse y, con los brazos en cruz y la mirada vuelta al cielo, exclamó, a ejemplo del divino Salvador:

—Perdona, oh Dios mío, a mis enemigos que, cegados por la pasión, no saben lo que hacen. !Jesús mío, apiádate de mí! !Oh María, Madre de Jesús, asísteme en este trance!

De otro golpe le volvieron a derribar y, ya en el suelo, le asestaron tal golpe en la cabeza con una maza, que le abrieron el cráneo. Por si todavía no hubiera muerto, le apuñalaron sin piedad y le tajaron la pierna izquierda para castigarle —decían ellos— de todas las correrías que había hecho en pro de su conversión.

El cuerpo del santo mártir descansó en el campo de Seljanas, cerca de Seewis, hasta el otoño siguiente bañado en su propia sangre. Sus reliquias —a excepción de la cabeza y la mano izquierda—- depositadas en el convento de Capuchinos de Feldkirch, fueron trasladadas el 5 de noviembre del mismo año a la catedral de Coira.

En vista de los milagros obrados por intercesión del siervo de Dios, Benedicto XIII le declaro Beato por decreto del 12 de marzo de 1729 y Benedicto XIV, el 29 de junio de 1746, le inscribió en el Catalogo de los Santos. Clemente XIV, el 16 de febrero de 1771, extendió su oficio a la Iglesia universal y proclamó al apóstol de los grisones protomártir de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide.

Fuente: Edelvives, El Santo de Cada Día, Editorial Luis Vives, Zaragoza, vol. II, 1947, pp. 560 y 561.