SAN PANTENO, CONFESOR
Este santo, llamado la abeja de Sicilia, á causa de su extraordinaria elocuencia, floreció durante el siglo II de la Iglesia. Nació en Sicilia, y pertenecía a la secta de los estoicos, cuando habiendo trabado relaciones y amistad con algunos cristianos, y enamorado de las virtudes que practicaban, abandonó las supersticiones del paganismo, y abrió sus ojos a la fé. Después de su conversión, dedicóse al estudio de los libros santos bajo la dirección de los discípulos de los apóstoles en la famosa escuela de Alejandría, a cuyo frente fué colocado, el año 179, dirigiéndola por espacio de muchos años con la más asombrosa reputación. Panteno fué el primer maestro cristiano de su siglo, y tal vez pocos lo hayan excedido en los posteriores. Su capacidad y excelente método que seguía en sus instrucciones, atraían a su escuela a todos los extranjeros, de los cuales muchos abrazaban el Evangelio, y se volvían de Alejandría, pregonando la admirable ciencia del maestro.
Los cristianos de la India le enviaron un mensaje para que fuese a su país a combatir contra los bramas en favor de la religión verdadera, y Panteno, que no deseaba otra cosa en este mundo que la gloria de Dios y el aumento de su grey santa, dejó su escuela y marchó a aquellas apartadas regiones. Bien pronto se hizo conocer la eficacia de su celo, pues todas las naciones orientales, que él recorrió brillaron desde luego con los fulgores de la fe, y lo reconocieron por su apóstol. Al volver, después de algunos años, a Alejandría, trajo consigo un evangelio de San Mateo en hebreo, que había encontrado en la India donde lo había dejado San Bartolomé. Todavía continuó enseñando hasta que, siendo ya de muy avanzada edad, murió santamente, en Alejandría, por los años 215, dejando una reputación de sabiduría y de virtud de que pocos han gozado en más alto grado.
Fuente: La leyenda de oro para cada día del
año; vidas de todos los santos que venera la Iglesia; obra que
comprende todo el Ribadeneira mejorado, las noticias del Croisset,
Butler, Godescard, etc.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario