San Cástulo, Mártir
Como los emperadores gozan de
todos los regalos, y conveniencias de este mundo; así es forzoso tengan, quien
los sirva, asista, y corteje. Diocleciano, que en nada cedió á los demás
emperadores; tuvo, entre otros muchos nobles de su familia, á Cástulo, tan de
su afecto, y su satisfacción, que era de los que más cerca asistían á su
imperial persona, sirviéndole como su más íntimo sumiller de corps, o camarero;
que quien le fiaba su amistad, bien podía fiarle su persona dormida, y sola.
Era Cástulo cristiano secretamente, y no se declaraba, por no perder la
ocasión, que, viviendo oculto, tenía de favorecer y amparar á los cristianos:
lo cual podía fácilmente, por la mucha mano, y amistad, que tenía con su amo el
emperador.
Entre otros muchos
cristianos; á quienes favoreció, y amparó con amor y caridad cristiana, fueron
de él con particular cuidado asistido, el santo pontífice Cayo, Marceliano, y
Marcos, diáconos, y su padre Tranquilino, presbítero. Pero, como el tiempo sea
voltario, y las, cosas, por ocultamente que se hagan, no puedan estarlo tanto,
que dejen de saberse algún día, y más viviendo en aquellos tiempos los
idólatras con tanto cuidado y deseos de hallar cristianos, en quienes emplear
sus crueldades, y rigores; vino al fin á descubrirse como Castullo era
cristiano, y gran favorecedor y amparador de los cristianos: por lo cual fué
preso, sin que le valiese la inmunidad del imperial palacio, en que vivía, ni
el estimarle el emperador, como á fiel criado, y amigo, porque, con el nombro
de cristiano todo se borraba para con aquellos tiranos. Fué examinado en tres
audiencias públicas: pero hallado también tan constante y firme en la fe de
Jesucristo, y confesión de su santísimo nombre; furioso el juez, lo hizo bárbaramente
poner en una olla profunda, y que le llenasen de arena, y argamasa: con que,
quedando en ella sepultado su cuerpo vivo, fué su felicísima, y bendita alma
aposentada en el alcázar, y palacio celestial del emperador supremo Cristo
Jesús, donde fue recibida con festivos, y angélicos cánticos, y coronada de
eterna gloria. Fué su martirio y pasión gloriosa á los 26 de marzo, por los
años del Señor de 286, imperando el ya nombrado Diocleciano.
Escribieron su
vida y martirio Beda, Usuardo, Adon, Pedro de Natalibus im Cathalogo, lib. 3, cap.
231; Santoro, el Martirologio romano, Baronio en sus anotaciones, y otros.
El
silencio es virtud, que tiene su aprobación, y canonización por el mismo Dios:
pero el dejar de hablar á su tiempo también fuera vicio: uno y otro se ha de
regular por la prudencia. Grande fué la que mostró el invicto mártir de Jesucristo
san Cástulo: pues con ella supo tener en silencio todo el tiempo, que le
pareció convenía, el ser cristiano: más después que vió, que también convenía
hablar, habló tanto, y tan divinamente en !a confesión de la fe, que siendo
preso por ese silencio, fué ahogado por su hablar, mereciendo por uno y otro la
corona del martirio, y dejándonos enseñados á callar, y hablar á su tiempo:
sabiendo que, imitándole siempre, le tendremos intercesor en la gloria, donde le veamos. Amén.
Fuente: La leyenda de oro para cada día del año; vidas de todos los santos que venera la Iglesia; obra que comprende todo el Ribadeneira mejorado, las noticias del Croisset, Butler, Godescard, etc.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario