Beato Francisco de Jesús María y José Palau y Quer
Nacido en Aytona, en Lérida (Cataluña), en una numerosa
familia cristiana, Francisco Palau se incorpora al Seminario de Lérida en 1828
e ingresa al Carmelo Teresiano en el convento de San José de Barcelona,
haciendo la profesión religiosa el 15 de noviembre de 1832.
Su convento es profanado e incendiado por los hordas revolucionarias el 25 de
julio de 1835. Sufriendo el exclaustramiento vuelve a Aytona. Es ordenado
sacerdote el 2 de abril de 1836 por el obispo de Barbastro. En los años
1838-1840 se dedica a una intensa labor como predicador de misiones populares
recorriendo toda Cataluña, apoyando a los carlistas, entonces en guerra civil
contra los liberales.
En consecuencia de sus ideas religiosas y políticas fue perseguido. Vivió
exiliado en Francia durante doce años (1840-1851). Tres facetas dominan su vida
durante estos años: vida contemplativa en la soledad, dirección espiritual de
los grupos de solitarios (hombres y mujeres) que se le unen y la defensa de la
Iglesia a través de sus escritos. Publica en 1843 su primer libro titulado:
"Lucha del Alma con Dios", destinado a despertar la necesidad y
fecundidad de la oración por la Iglesia perseguida.
Tras la firma del Concordato entre España y la Sede, maniobra política del
gobierno de Isabel II (1851) Francisco Palau retorna a España, pero los
claustros están suprimidos y por ello se pone a disposición del Obispo de
Barcelona, quien le acoge y le nombra director espiritual del Seminario.
Atento a las señales de Dios en la historia y a las necesidades de la Iglesia
en poco tiempo programa y organiza la contrarrevolucionaria obra de la Escuela
de la Virtud, inaugurada el 16 de noviembre de 1851. Esta Escuela se convierte
en un modelo de enseñanza catequética. El impacto de la obra en los medios
culturales, religiosos, políticos y sociales se hace sentir muy pronto.
Francisco Palau ha movilizado en torno a esta actividad pastoral a todas las
fuerzas religiosas de la ciudad, incluida la prensa.
La intensa actividad de la Escuela llega a preocupar a las fuerzas enemigas de
la Virtud, la francmasonería y el liberalismo de la ciudad se conjuran contra
Francisco Palau y sus seguidores. Se le acusa de tener participación en las
huelgas y disturbios acontecidos en marzo de 1854, y, sirviéndose de esta
maniobra artera, los enemigos de Dios consiguen suprimir la Escuela y
destierran otra vez a Francisco Palau, esta vez a la isla de Ibiza. Es el 4 de
abril de 1854. Allí permaneció hasta que, en 1860, logró la libertad gracias a
una amnistía general.
En Ibiza alterna la predicación popular con la soledad de las rocas del monte El Vedrá, donde vive dentro de una cueva, cuyo único acceso es una grieta. Ahí recibe luces místicas acerca del misterio de la Iglesia.
En Baleares funda en 1860 dos congregaciones religiosas femeninas - la de las
Carmelitas Misioneras y la de las Carmelitas Misioneras teresianas- y dos
masculinas, que se extinguieron: la de los Hermanos Carmelitas de la Enseñanza
y la de los Hermanos Carmelitas Terciarios.
Dotado por Dios con el don de profecía y milagros, tuvo que soportar varias
denuncias y procesos incoados por la masonería por las numerosas curaciones que
hacía sin ser facultativo. En diversas ocasiones practicó exorcismos con el más
cumplido éxito.
Predicó misiones populares, extendiendo la devoción a la Virgen María a donde
quiera que fuese, y produciendo admirables conversiones. Viajó a Roma en 1866 y
de nuevo en 1870 para presentar sus preocupaciones sobre el exorcistado al Papa
y a los Padres del Concilio Vaticano I.
En 1868, en medio de una tempestad anti-cristiana y anti-clerical, dio inicio a
la publicación de “El Ermitaño”, semanario religioso, político y literario. En
él se muestra el testigo más lúcido de su tiempo, reconociendo la malicia de
los cambios revolucionarios liberales que intentaban transformar la España
católica. En ese órgano divulgaba, acerca del futuro de la Iglesia y de varias
naciones europeas, análisis y previsiones, así como profecías de sabores
bíblicos. Muere en Tarragona el
20 de marzo de 1872 a los 61 años de edad
Fuente: Los
Santos Carmelitas de P. Rafael María López-Melús y
Cada
Dia Tem Seu Santo de A. De França Andrade |
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