viernes, 2 de agosto de 2024

S A N T O R A L

MEMORIA DE SAN ESTEBAN, PAPA Y MÁRTIR

DIGNIDAD DEL BAUTISMO
El recuerdo del Papa Esteban I llena de un perfume de antigüedad la santidad de este día. La gloria especialísima de Esteban consiste en haber sido en la Iglesia el guardián de la dignidad del Bautismo. El Bautismo dado una vez, ya no se renueva, pues el carácter de Hijo de Dios que imprime en el cristiano es eterno; y esta inefable dignidad del primer Sacramento no tiene ninguna dependencia con las disposiciones o el estado del ministro que la confiere. Ya sea Pedro el que bautiza, como dice San Agustín, ya sea Pablo o Judas, aquél queda por ello bautizado en el Espíritu Santo, sobre el cual descendió en el Jordán la divina paloma. Tal es la adorable munificencia del Señor con respecto al más indispensable de los medios de salvación, pues no es menos válido el bautismo administrado por el cismático o hereje que se ha separado de la Iglesia, o por el mismo pagano que todavía no pertenece a ella con la condición de observar en su esencia el rito exterior y de tener la intención de hacer lo que hace la Iglesia.
En tiempo de Esteban I, esta verdad que hoy nadie ignora aparecía con menos evidencia. Célebres Obispos, a los cuales su virtud y ciencia les habían merecido la veneración de su siglo, querían que se hiciera pasar de nuevo por el baño de la salvación a los convertidos de las sectas disidentes. Mas la asistencia prometida a Pedro apareció más divina aún en su sucesor; y mientras mantenía la disciplina tradicional Roma salvó la fe de las Iglesias por medio de Esteban. Testimoniemos nuestra gratitud al Santo Pontífice por su fidelidad en la guarda del depósito que es el tesoro de todos; y pidámosle que proteja no menos eficazmente en nosotros la nobleza y los derechos del santo bautismo.

ORACIÓN

"Oh Dios, que nos alegras con la anual fiesta de tu santo mártir y Pontífice Esteban: haz propicio que nos alegremos también de la protección de aquel cuyo natalicio celebramos. Por Jesucristo nuestro Señor." Amén.


San Esteban fué originario de Roma. Era sacerdote cuando sucedió al Papa Lucio el 12 de Mayo de 245. Gobernó la Iglesia en un periodo de paz. Proclamó la autoridad de la Sede Apostólica sobre los demás Obispos, recordó que Roma era la guardiana infalible de la tradición y condenó a los que creían que el bautismo conferido por los apóstatas o herejes era inválido. Después de su muerte, ocurrida el 2 de Agosto de 257, fué puesto en la cámara de los Papas en el cementerio de Calixto. Los antiguos documentos no mencionan que haya muerto mártir.

fuente: Año Litúrgico de Dom Próspero Guéranguer

Tuvo la silla de san Pedro tres años, tres meses, y veinte y dos días. Hizo órdenes dos veces por el mes de diciembre, y en ellas ordenó seis sacerdotes, cinco diáconos y tres obispos. De este santo pontífice hay un decreto, en que manda, que las vestiduras, con que se ha de ofrecer á Dios sacrificio, sean honestas y consagradas, y que ninguno use de ellas, ni las toque, sino fuera hombre sagrado y en lugar sagrado: porque no le acontezca lo que al rey Baltasar, que por haber profanado los vasos del templo, sintió sobre sí la venganza del cielo. Ordenó también, que ningún hombre infame pudiese ser admitido á dignidad eclesiástica.En tiempo de este santo pontífice se levantó una gran borrasca y turbación en la Iglesia: porque muchos obispos y santísimos varones, y entre ellos san Cipriano en África, y san Dionisio obispo de Alejandría en Oriente, fueron de parecer, que los que habían sido bautizados por los herejes, cuando se convertían á la Iglesia católica, debían ser bautizados de nuevo, no teniendo por verdadero bautismo, el que habían recibido de los herejes: pero el santo pontífice Estevan se les opuso con tanta autoridad y resolución , que todos amainaron y se sujetaron á lo que él, como sumo pastor y cabeza de toda la Iglesia católica, decretó y mandó guardar: que fué, que cuando los herejes en su bautismo guardan la forma ó intención de la santa Iglesia, dada por Jesucristo, es verdadero bautismo: y no hay por qué repetirle, ni por qué bautizar de nuevo, al que así fuere bautizado.

Fuente: La leyenda de oro pra cada día del año; vidas de todos los santos que venera la Iglesia; obra que comprende todo el Ribadeneira mejorado, las noticias del Croisset, Butler, Godescard, etc.

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