SAN NORBERTO, OBISPO Y CONFESOR
La Iglesia alaba a San Norberto como "elocuente predicador de la palabra divina y fundador de una nueva familia religiosa". Estos son, en efecto, los dos rasgos principales de este gran siervo de Dios, que continuó en el siglo XII la obra que ayer mirábamos en San Bonifacio.
SAN NORBERTO Y SAN BONIFACIO
Este último, para asegurar los frutos de su apostolado, fundaba monasterios benedictinos en las regiones que evangelizaba. Norberto, para extender y continuar el suyo, fundó una familia de Canónigos Regulares y luego otra de religiosas, que tendrían, en el interior del claustro, todos los ejercicios de la vida contemplativa.
Ambos comenzaron su ministerio después de retiros, oraciones y penitencias. Pero con la diferencia de que, mientras el futuro apóstol de Alemania entró en el monasterio a los siete años de edad, San Norberto no lo hizo sino a la edad de 33, después de haberse entregado a las vanidades del mundo, hasta que, tocado por una gracia especial, se dió a Dios, y se desquitó con su fervor y celo, de los años que había pasado entregado a una vida mundana.
Los PREMONSTRATENSES
Faltaba en la Iglesia de Dios este complemento a la obra de los monjes, que habían reformado el episcopado, pero no podían, en la medida que era necesario, abandonar los claustros y tomar sobre si el cuidado de las almas, a las que tanto mal hacían en aquel tiempo los pastores indignos, por la simonía y la inmoralidad. Únicamente la vida religiosa era capaz de exaltar la dignidad del sacerdocio. San Norberto fue escogido por Dios para realizar en parte esta reforma, y Dios bendijo de tal modo su obra, que pudo fundar monasterios en casi todos los países de Europa y aún de Oriente.
León XIII dividió a los Premonstratenses en cinco provincias, que cuentan entre todas unos 1.000 religiosos, y cuya cabeza es la Abadía austríaca de Stravov. Las religiosas Norbertinas poseen unos diez monasterios.
VIDA

ALABANZA
PLEGARIA
La fe, la devoción al Sacramento del Altar y a la Inmaculada Madre de Dios fueron tus principales virtudes: hazlas brotar en nuestro escéptico siglo, que va encaminándose hacia el abismo. No olvides desde el cielo las regiones que evangelizaste: Magdeburgo, que ha perdido la fe; Praga, que conserva tus reliquias, y Francia, que hace alarde de tu gloria. Para la salvación de nuestro tiempo, alcánzanos de Dios que tu Orden recobre su antiguo esplendor; y bendice a todos aquellos de tus hijos que trabajan por hacer revivir en nosotros tus beneficios.
fuente: Año Litúrgico de Dom Próspero Guéranguer
Tomo IV pag. 325 y siguientes
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