Fué hijo de un
príncipe de Irlanda.Su nacimiento proporcionó á su ilustre padre la
reconciliación con otro príncipe vecino suyo, circunstancia con que quiso
anunciar el cielo la gloria futura de aquel niño. Cuando tuvo Lorenzo
doce años, abrazó el estado eclesiástico, y á los veinte y cinco le nombraron
abad del monasterio de Glendenoch. Gobernó su comunidad con una
virtud y una sabiduría admirables, y durante los estragos de una
hambre que duró cuatro meses, Lorenzo fué, como otro José, el salvador del país
por su inmensa caridad. Dios, sin embargo, quiso que la virtud de su
siervo fuese probada en el crisol de la tribulación. Algunos malos
religiosos, á quienes incomodaba la regularidad de la disciplina,
emplearon la calumnia para manchar la reputación de Lorenzo, cuya
bondad y paciencia triunfaron de sus enemigos. A la edad de treinta
años fué elegido arzobispo de Dublín: en su largo pontificado tuvo
tiempo para desplegar su infatigable celo por la reforma de la
disciplina eclesiástica, y las costumbres públicas. Distinguióse sobre todo por
una prudencia consumada y una caridad sin límites. Los pobres le buscaban como
á su padre, y en la horrorosa hambre de tres años que asoló la
Irlanda, mostró el venerable pastor que su caridad no tenía límites. Los
pontífices, los reyes y todas las personas constituidas en dignidad buscaban su
consejo, y hasta los padres del onceno concilio general celebrado en Letrán el
año 1179, al cual asistió nuestro santo, le tributaron los mayores elogios por
su sabiduría y su celo. El Señor le concedió el don de milagros, de modo
que en la bula de su canonizaban se enumeran siete muertos
resucitados. Su vida fué siempre acompañada de bendiciones, y su
muerte, sucedida el año 1181, fué también gloriosa en el Señor. Fuente: La
leyenda de oro para cada día del año; vidas de todos los santos que venera la Iglesia; obra que comprende todo el
Ribadeneira mejorado, las noticias del Croisset, Butler, Godescard, etc
Lo arrancaron del relicario donde
estaba preservado desde el siglo XIII
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Dublín (Sábado, 28-04-2018, Gaudium Press)
Una larga investigación policíal en Irlanda tuvo fruto en el hallazgo de la reliquia del corazón de San Laurence O’Toole, el Santo Patrono de la ciudad de Dublín, que había sido hurtada de la Catedral de Christ Church en octubre de 2012 . La reliquia fue abandonada en un parque y según reportes de la prensa local los ladrones la habrían escondido en este lugar tras haberla tenido como responsable por la muerte de varios de sus seres queridos de aparentes ataques al corazón.
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