UNA REFLEXIÓN SOBRE ADVIENTO
Navidad y Fátima: aparentes “utopías”, esplendorosas realidades
Nuestra indeclinable certeza del
triunfo universal de la Iglesia Católica y de una inminente
restauración del Orden cristiano, puede hacer aflorar en muchos
espíritus una objeción – a veces explícita, a veces subconsciente –: si
consideramos la pavorosa decadencia del mundo actual, ¿esa esperanza no
es un sueño utópico, una quimera irrealizable?
- La Santísima Virgen, en Fátima, prometió el triunfo de su Inmaculado Corazón
Pero además, añadía el líder católico, “la utopía deja de ser utopía en función de lo sobrenatural, y por lo tanto del milagro, de la gracia. Sin la gracia, ella sería una idea amarga. Porque nuestras almas se encantan con eso [el Reino de María, prometido en Fátima], pero verifican lo que parece una evidente imposibilidad de que se realice. Pero con la gracia, la “utopía” se torna realidad”.
La ocasión en que más se hace sentir en la vida de la Iglesia y de la Cristiandad esa idea de utopía hecha realidad, es en la noche de Navidad. En esa noche santa y bendita entre todas sucede, en efecto, algo no sólo inesperado sino totalmente inimaginable:
“Es como si por el poder de Dios, una inmensa imposibilidad se volviese posible, y bajase del Cielo sobre la Tierra un torrente de gracias que hace que todo aquello que nosotros juzgaríamos sueños imposibles se tornen realidades maravillosas.
¿Por qué? – Porque ’aparuit Salvator Noster Domini Nostri Jesu Christi’. El Salvador, que se encarna de una Virgen y que nace como Dios hecho hombre, y que viene a traer todo cuanto Él nos trajo [la Redención], es una realidad más audaz que cualquier utopía, pero que la gracia, el milagro, el poder de Dios hacen realidad”, explica el Dr. Plinio.
“Esos espíritus que piensan que la
realidad concreta y palpable es la única realidad no perciben que ellos
reducen la realidad y pierden lo mejor de ella. Ellos hacen un
raciocinio ateo, como si Dios no existiese.
“Pero cuando se tiene fe y se cree, todo es diferente. Las aparentes utopías se tornan realidades esplendorosas. Esa es una de ellas.
“Aquí yo querría ayudar a algunos entre nosotros a corregir los propios criterios, y entender que se debe raciocinar en función de un mundo creado por Dios, vuelto hacia Dios, en el cual Dios, por Sí, por sus Ángeles, por sus santos, interviene activamente.
“Y que, por tanto, los vuelos más extraordinarios del espíritu de fe vuelven las realidades practicables, y el gran consuelo de la vida humana no es el de realizar el sueño de tener un automóvil nuevo o tener no se qué: es el de ver realizadas sus ’utopías’, entre comillas.
“El espíritu utópico en el buen sentido de la palabra, viene a ser el espíritu de fe”[*].
* * *
Ese
es el nexo profundo entre Navidad y Fátima. La milenaria promesa de un
Redentor se volvió realidad en la Nochebuena, superando las más osadas
expectativas de los hombres de Fe. La promesa de una era de gloria para
la Iglesia, enunciada en Fátima, también se hará realidad de una forma
que excederá a todo cuanto podamos imaginar de maravilloso.
“Pero cuando se tiene fe y se cree, todo es diferente. Las aparentes utopías se tornan realidades esplendorosas. Esa es una de ellas.
“Aquí yo querría ayudar a algunos entre nosotros a corregir los propios criterios, y entender que se debe raciocinar en función de un mundo creado por Dios, vuelto hacia Dios, en el cual Dios, por Sí, por sus Ángeles, por sus santos, interviene activamente.
“Y que, por tanto, los vuelos más extraordinarios del espíritu de fe vuelven las realidades practicables, y el gran consuelo de la vida humana no es el de realizar el sueño de tener un automóvil nuevo o tener no se qué: es el de ver realizadas sus ’utopías’, entre comillas.
“El espíritu utópico en el buen sentido de la palabra, viene a ser el espíritu de fe”[*].
[*] Extracto de grabación de la reunión del 12-10-1989, sin revisión del autor.
fuente: http://www.tradicionyaccion.org.pe/spip.php?article321 |
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