martes, 24 de diciembre de 2019

S A N T O R A L

UNA REFLEXIÓN SOBRE ADVIENTO

Navidad y Fátima: aparentes “utopías”, esplendorosas realidades

Nuestra indeclinable certeza del triunfo universal de la Iglesia Católica y de una inminente restauración del Orden cristiano, puede hacer aflorar en muchos espíritus una objeción – a veces explícita, a veces subconsciente –: si consideramos la pavorosa decadencia del mundo actual, ¿esa esperanza no es un sueño utópico, una quimera irrealizable?
La Santísima Virgen, en Fátima, prometió el triunfo de su Inmaculado Corazón
Aludiendo a esa dificultad Plinio Corrêa de Oliveira hacía notar, en primer lugar, que crece el número de intelectuales de varias disciplinas – sociólogos, filósofos, de ciencias políticas – que sostienen que aún cuando una utopía sea algo irreal (lo dice su etimología griega outopos: lo que no se encuentra en ningún lugar), ella es indispensable para cualquier pueblo. Y que un pueblo sin “utopía”, en el sentido de un ideal trascendente, no deja marca en la historia. Y más vale la pena ir andando detrás de una utopía que detrás de realidades concretas, en el fondo esterilizantes. Él apreciaba mucho esa tesis.
Pero además, añadía el líder católico, “la utopía deja de ser utopía en función de lo sobrenatural, y por lo tanto del milagro, de la gracia. Sin la gracia, ella sería una idea amarga. Porque nuestras almas se encantan con eso [el Reino de María, prometido en Fátima], pero verifican lo que parece una evidente imposibilidad de que se realice. Pero con la gracia, la “utopía” se torna realidad”.
La ocasión en que más se hace sentir en la vida de la Iglesia y de la Cristiandad esa idea de utopía hecha realidad, es en la noche de Navidad. En esa noche santa y bendita entre todas sucede, en efecto, algo no sólo inesperado sino totalmente inimaginable:
“Es como si por el poder de Dios, una inmensa imposibilidad se volviese posible, y bajase del Cielo sobre la Tierra un torrente de gracias que hace que todo aquello que nosotros juzgaríamos sueños imposibles se tornen realidades maravillosas.
¿Por qué? – Porque ’aparuit Salvator Noster Domini Nostri Jesu Christi’. El Salvador, que se encarna de una Virgen y que nace como Dios hecho hombre, y que viene a traer todo cuanto Él nos trajo [la Redención], es una realidad más audaz que cualquier utopía, pero que la gracia, el milagro, el poder de Dios hacen realidad”, explica el Dr. Plinio.
"La ocasión en que más se hace sentir en la vida de la Iglesia y
de la Cristiandad esa idea de utopía hecha realidad, es en la
noche de Navidad"
“Esos espíritus que piensan que la realidad concreta y palpable es la única realidad no perciben que ellos reducen la realidad y pierden lo mejor de ella. Ellos hacen un raciocinio ateo, como si Dios no existiese.
“Pero cuando se tiene fe y se cree, todo es diferente. Las aparentes utopías se tornan realidades esplendorosas. Esa es una de ellas.
“Aquí yo querría ayudar a algunos entre nosotros a corregir los propios criterios, y entender que se debe raciocinar en función de un mundo creado por Dios, vuelto hacia Dios, en el cual Dios, por Sí, por sus Ángeles, por sus santos, interviene activamente.
“Y que, por tanto, los vuelos más extraordinarios del espíritu de fe vuelven las realidades practicables, y el gran consuelo de la vida humana no es el de realizar el sueño de tener un automóvil nuevo o tener no se qué: es el de ver realizadas sus ’utopías’, entre comillas.
“El espíritu utópico en el buen sentido de la palabra, viene a ser el espíritu de fe”[*].
* * *
Ese es el nexo profundo entre Navidad y Fátima. La milenaria promesa de un Redentor se volvió realidad en la Nochebuena, superando las más osadas expectativas de los hombres de Fe. La promesa de una era de gloria para la Iglesia, enunciada en Fátima, también se hará realidad de una forma que excederá a todo cuanto podamos imaginar de maravilloso.

[*] Extracto de grabación de la reunión del 12-10-1989, sin revisión del autor. 

fuente: http://www.tradicionyaccion.org.pe/spip.php?article321

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