jueves, 8 de agosto de 2024

 


Obispos católicos de todo el mundo exigen una disculpa formal del COI por la “blasfema” inauguración olímpica

En una contundente carta abierta, cardenales y obispos católicos de todo el mundo han pedido al
Comité Olímpico Internacional (COI) que “repudie” y “se disculpe” por la “burla intencionalmente odiosa” de la Última Cena durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024.

Además, “los abajo firmantes se comprometen a un día de oración y ayuno en reparación por esta blasfemia”.

https://www.aciprensa.com/noticias/105595/obispos-exigen-disculpa-del-coi-por-blasfemia-de-la-ultima-cena-en-juegos-olimpicos


Carta abierta de obispos católicos al Comité Olímpico Internacional

“Si mi pueblo, sobre el que es invocado mi Nombre, se humilla, ora, me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra” (2 Cron 7,14)

El mundo entero presenció consternado la grotesca y blasfema representación de la Última Cena con la cual se inauguraron los Juegos Olímpicos de París. Resulta difícil comprender cómo los responsables pudieron permitirse intencionalmente profanar tan a la ligera la fe de más de dos mil millones de hombres.

Nosotros, obispos católicos del mundo entero, exigimos en nombre de todos los cristianos que el Comité Olímpico repudie este acto blasfemo y pida disculpas a todos los hombres de fe. Es difícil imaginarse que cualquier otra religión habría sido deliberadamente expuesta a un escarnio tan odioso ante un público internacional. Sin embargo, este vil acto representa una amenaza para todos, incluidos los creyentes de otras religiones y de ninguna, porque anima a los poderosos a hacer lo que les plazca con quienes desprecien.

Obedientes al Dios que nos llama a rezar con humildad y a rechazar el mal, nosotros, los infrascritos, celebraremos una jornada de ayuno y de oración en reparación por esta blasfemia. En esta occasion cada uno de nosotros ofrecerá el santo sacrifico de la Misa, en la que la Pasión, muerte y Resurrección de Cristo se nos hacen presentes por medio de nuestra obediencia al mandamiento que Él mismo nos dio en la Última Cena: “Haced esto en conmemoración mía”.

La Última Cena es la comida que Jesús de Nazaret tomó con sus amigos más íntimos en la noche antes de su muerte por ellos y por nosotros. Pedimos al Señor que quienes intenten dañar a otros con su poder, y quienes se vean dañados por los poderosos, imiten el amor sacrificial de Cristo, para que la paz, el decoro y el respeto mutuo vuelvan a reinar en el mundo.

Raymond Leo Cardenal Burke (La Crosse, EE.UU.)

Wilfrid Fox Cardenal Napier, O.F.M. (Durban, Sudáfrica)

Berhaneyesus Demerew Cardenal Souraphiel, C.M. (Addis Ababa, Etiopía)

Arzobispo Emérito Héctor Rubén Aguer (La Plata, Argentina)

Arzobispo Samuel Joseph Aquila (Denver, EE.UU.)

Arzobispo Emérito Charles Joseph Chaput, O.F.M. Cap. (Philadelphia, EE.UU.)

Arzobispo Paul Stagg Coakley (Oklahoma City, EE.UU.)

Arzobispo Salvatore Joseph Cordileone (San Francisco, EE.UU.)

Arzobispo Ignatius Ayau Kaigama (Abuja, Nigeria)

Arzobispo Joseph Fred Naumann (Kansas City en Kansas, EE.UU.)

Arzobispo Gabriel Charles Palmer-Buckle (Cape Coast, Ghana)

Arzobispo Hanna Rahme (Baalbek-Deir El-Ahmar, Líbano)

Arzobispo Emérito Juan Antonio Ugarte Pérez (Cuzco, Perú)

Arzobispo Michael Charles Barber, SJ (Oakland, EE.UU.)

Obispo Athanasius Schneider, O.R.C. (Maria Santissima en Astana, Kazajstán)

Obispo Edward James Burns (Dallas, EE.UU.)

Obispo Liam Stephen Cary (Baker, EE.UU.)

Obispo James Douglas Conley (Lincoln, EE.UU.)

Obispo Andrew Harmon Cozzens (Crookston, EE.UU.)

Obispo Hyacinth Oroko Egbebo, MSP (Bomadi, Nigeria)

Obispo Jean Clément Marie Gérard Laffitte (Entrevaux)

Obispo Gregory John Mansour (Eparquía de Saint Maron de Brooklyn, EE.UU.)

Obispo Nestor-Désiré Nongo-Aziagbia, S.M.A. (Bossangoa, República Centroafricana)

Obispo Thomas John Joseph Paprocki (Springfield en Illinois, EE.UU.)

Obispo David Laurin Ricken (Green Bay, EE.UU.)

Obispo Daniel Edward Thomas (Toledo. EE.UU.)

Obispo David Arthur Waller (Nuestra Señora de Walsingham, Inglaterra)



LOS SUEÑOS DE SAN JUAN BOSCO TRADUCCIÓN DEL P. FRANCISCO VILLANUEVA, S.D.B.

......Sólo Dios lo puede todo, lo conoce todo y lo ve todo. Dios no tiene ni pasado ni futuro, para Dios no hay nada oculto; todas las cosas le son presentes y para El no hay distancia de lugar o de persona. Sólo El en su infinita misericordia y para su gloria puede manifestar las cosas futuras a los hombres.

La víspera de la Epifanía del corriente año de 1870 desaparecieron todos los objetos materiales de mi habitación y me encontré ante la consideración de cosas sobrenaturales. Fue algo que duró breves instantes, pero fueron muchas las cosas que vi. Aunque de forma y de apariencias sensibles, no se pueden comunicar a los demás sino con mucha dificultad con signos exteriores o sensibles. Cuanto sigue podrá dar una idea de ello. En todo esto se encuentra la palabra de Dios acomodada a la palabra del hombre.

«Del Sur viene la guerra, del Norte viene la paz.
Las leyes de Francia no reconocen ya al Creador y el Creador se hará conocer y la visitará tres veces con la vara de su furor.

La primera abatirá su soberbia, con las derrotas, con el saqueo y con los estragos en las cosechas, en los animales y en los hombres.
En la segunda, la gran prostituta de Babilonia, aquella a la que los buenos llaman, suspirando, el prostíbulo de Europa, será privada del jefe y entregada al desorden.

¡París! ¡París! En vez de armarte con el nombre del Señor te rodeas de casas de inmoralidad. Estas serán por ti misma destruidas: tu ídolo, el Panteón, será reducido a cenizas, para que se cumpla lo que está escrito: mentita est iniquitas sibi. Tus enemigos te colmarán de angustias, de hambre, de espanto y quedarás convertida en la abominación de las naciones. Pero ¡ay de ti si no reconoces la mano qué te hiere! Quiero castigar la inmoralidad, el abandono, el desprecio de mi ley, dice el Señor.

En la tercera caerás bajo una mano extranjera: tus enemigos verán desde lejos tus palacios incendiados, tus casas convertidas en montones de ruinas, bañadas en la sangre de tus héroes, que ya no existen. Pero he aquí que un gran guerrero del Norte llevará un estandarte; sobre la diestra que lo sustenta está escrito: «Irresistible es la mano del Señor». En aquel instante el Venerando Anciano del Lacio le salió al encuentro flameando una antorcha de luz vivísima. Entonces el estandarte se extendió y de negro que era se trocó blanco como la nieve. En el centro del estandarte estaba escrito con caracteres de oro el nombre de Quien todo lo puede.

El guerrero y los suyos hicieron una profunda inclinación al Anciano y se estrecharon la mano.

Ahora la voz del cielo se dirige al Pastor de los pastores. Tú ahora estás en la gran conferencia con tus asesores; pero el enemigo del bien no guarda un momento de reposo; estudia y practica toda clase de argucias contra ti. Sembrará la discordia entre tus asesores; suscitará enemigos entre mis hijos. Las potencias del siglo vomitarán fuego y querrían que las palabras fuesen ahogadas en las gargantas de los custodios de mi ley. Pero esto no sucederá. Harán el mal, pero en perjuicio de sí mismos. Tú date prisa; si las dificultades no se resuelven, corta por lo sano. Si te sientes angustiado, no te detengas, sino al contrario, continúa adelante hasta que le sea cercenada la cabeza a la hidra del error. Este golpe hará temblar a la tierra y al infierno, pero el mundo recobrará la seguridad y todos los buenos se alegrarán. Conserva, pues, junto a ti solamente a dos asesores, pero a cualquier parte que vayas, continúa y termina la obra que te fue confiada. Los días corren velozmente y tus años se acercan al número establecido; pero la gran Reina será siempre tu auxilio y como en los tiempos pasados, también en el porvenir será siempre magnum et ingulare in Ecclesia proesidium.

FuenteLOS SUEÑOS DE DON BOSCO- CASTIGOS SOBRE ROMA Y PARÍS
.SUEÑO 75.—AÑO DE 1870. (M. B. Tomo IX. págs. 779-783; Tomo X, págs. 59-63

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