Una
multitud de fieles visitaron la basílica de San Nicolás en Bari, para
la exposición de la Santa Espina, un fragmento de la corona de Jesús,
que se
conserva en la capilla de las reliquias. Los fieles estaban
esperando el
milagro que se renueva cuando el Viernes Santo coincide
con el 25 de marzo, día
en que la Iglesia celebra la memoria litúrgica.
La información fue brindada por monseñor Raffaele Calabro durante
la homilía: "Me complace
anunciar a todo lo que de una manera
solemne que comenzó el milagro. "El
prodigio es el cambio de color,
que se vuelve más vívido, que se tiñe con la
sangre de la Santa
Espina. La reliquia era examinanda continuamente por un equipo
especial -una tele-cámara de alta resolución, un espectrómetro y
un
sistema de tele-cámaras hiperespectral que perciben los cambios
de color- y una comisión de doce expertos informando el milagro.
Después de la fragmentación de la Corona, se lee en los anales, las
Espinas se guardaron en varias partes de
Europa (en Italia hay en
diversas localidades y en la Puglia se conservan dos: uno
en Bari en
el tesoro de la Basílica y en Andria, donde se expone en la capilla
de
San Ricardo en la catedral). Esos fragmentos permacieron desde la
crucifixión de Jesús de color amarronado, como de sangre coagulada.
Y
cuando el Viernes Santo coincide con la Anunciación,
las manchas cobran un color rojo brillante.
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